“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.” Mateo 5.4 En estos días el Pastor de la Iglesia empezó a predicar sobre las bienaventuranzas, y mientras que leía los pasaje y los exponía, mi mente por un momento recordó, las cientos de veces que con mis dedos he secado alguna lagrima tanto de alguna persona mayor como la de un niño, el dolor que se traduce por medio de una gotita corriendo por las mejillas en ocasiones sucias, contándote el recuerdo que no los deja en paz hasta que lo sueltan, tan sincero como determinante, tan profundo como sencillo al igual que el mismísimo discurso de nuestro Señor Jesucristo en el sermón del monte, ¿Cuántos niños lloran hoy en día por causa del pecado?, y eh aquí nace de los labios de nuestro Salvador esta promesa para que sepan los que sufren que serán alcanzados por la gracia de Dios y que sus lagrimas quedaran olvidadas en la eternidad Apocalipsis 21:4 “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor…”. Hoy en dia estamos interviniendo en 23 vidas que han sufrido muchísimo, a los cuales estas palabras les hacen crecer en “FE”. Hablando con uno de los chicos sobre estas palabras que el domingo fueron compartidas y contándole lo que me venía a la mente este niño me dijo “Entonces Él Cumplió” "¡y si le dije!". En estos momentos estamos siendo instrumentos, porque para estos niños esta promesa se hace patente por medio de nuestros esfuerzos, los suyos y los nuestros. En algún momento tuve que pensar la necesidad de bajar el cupo de los niños que tenemos, pedirles a alguno que retorne al círculo de la violencia o falta de atención por problemas de falta de recursos y otros, pero solo pensar en sus lagrimas me hace tener más deseos de luchar por ellos. Por este motivo les pedimos que nos renunciemos a seguir amando y protegiendo a nuestros niños.
Quería decirles que siempre que dejen las cosas dolorosas en las manos del Señor Él las puede tornar en algo precioso como las perlas que son consideradas parte de las piedras más hermosas del mundo, la cual nace en la boca de la almeja cuando este se lastima con algún cristal de arena y enseguida sus lagrimas recubren de nácar a este cristal haciéndolo inerte en su función de lastimar al animalito y no solo eso sino que lo transforma en un tesoro invaluable, cuanta sabiduria radica en el diseñador de la naturaleza, ¡nuestro Dios! cuando por desgracia pasamos por momentos dolorosos, Dios lo puede transformar en algo de altísimo valor para nosotros como también para otros (este es un principio de vida espiritual). Por esto te pedimos que no dejes de apoyar esta obra de Dios que termina haciendo de las lágrimas de los niños un tesoro hermoso para compartir… Dios les bendiga y gracias por permitirnos crecer en esperanza.
Cristian & Natalia Alvarez
Misioneros a los niños en riesgo de la nacion Argentina
Efesios 3.8